
20 años de la Convención 2005 UNESCO: Diversidad de expresiones culturales
En octubre de 2005 se adoptó por parte de la UNESCO la Convención sobre la Protección y Promoción de la Diversidad de las Expresiones Culturales, un documento de gran importancia que conviene recordar en su 20 aniversario. Con 158 Estados Parte en total, algunas de ellas firmantes y otras adheridas posteriormente, entró en vigor en 2007 un documento de carácter vinculante que busca proteger y promover la diversidad cultural.
El texto reafirma la importancia de la diversidad cultural como algo inherente a la dignidad humana, como parte esencial de los derechos humanos y como una necesidad indispensable para lograr tolerancia, justicia social y paz. La diversidad cultural aparece además fuertemente vinculada al desarrollo sostenible, vínculo que se hace especialmente visible en los países en desarrollo. Aborda cuestiones como la autoría, las identidades, los lazos comunitarios y la globalización, desde unos objetivos de protección y promoción de la diversidad cultural, mediante el diálogo entre culturas, las políticas concretas que puedan tomar los estados y cuestiones como la cooperación internacional.
A su vez, la Convención establece la creación de un fondo internacional con el fin de financiar y ayudar al surgimiento de proyectos que contribuyan a la diversidad cultural y acuerda la creación de una conferencia de las partes como órgano plenario y supremo de la convención. Esto es, reuniones bienales entre los países firmantes para decidir sobre las ampliaciones, las directrices y los objetivos concretos a los que atender.
Hasta ahora, gracias a la Convención se han destinado fondos a numerosos proyectos y se han creado programas verdaderamente enriquecedores. Con una inversión de 12,6 millones de dólares se han financiado 164 proyectos en total en 76 países en desarrollo. Entre ellos se pueden mencionar la creación de un laboratorio cultural en Egipto para promover el desarrollo mediante el apoyo a los/as profesionales creativos/as, la creación de un mercado cultural en Botswana, la inversión en el potencial del cómic en Colombia o la inversión para el desarrollo sostenible a través de la industria musical de Ramallah en el Estado de Palestina.
La Convención ha jugado hasta este momento un papel significativo en la promoción de la diversidad cultural. No obstante, con una mirada más hacia el presente y hacia el futuro, conviene mirar también los programas con los que cuenta a día de hoy.
En primer lugar, destaca el programa UNESCO-Aschberg para artistas y profesionales de la cultura, un programa destinado a proteger y promover la libertad artística y la condición de artista bajo el marco de la Convención. El programa fue ampliamente modificado tras la pandemia de la COVID-19 por los desafíos estructurales a los que se enfrentó y se enfrenta este sector. En segundo lugar, el programa UE/UNESCO: Elaboración de políticas para la creatividad está destinado a proteger y promover los ecosistemas en los que florecen las Industrias Culturales y Creativas. Se cuenta también con un programa llamado Laboratorio de creatividad digital impulsado conjuntamente con la República de Corea que está destinado a que los y las profesionales de la cultura de los países en desarrollo alcancen los medios y las competencias que se necesitan para lograr éxito en la economía creativa. Finalmente, se resalta la importancia del Programa de elaboración y seguimiento de políticas participativas, un programa que brinda asistencia técnica a países que intenten desarrollar políticas de apoyo a la creatividad desde todos los sectores.
Por todo, queda patente la manera en que la Convención y todos los programas que de esta derivan suponen un importante cambio en lo que a diversidad cultural respecta. Todos los programas que se desarrollan y los proyectos que se han ido financiando a lo largo de estos 20 años están centrados en retos del presente, pero tienen también una mirada hacia el futuro. En esta línea, en 2019 las Partes de la Convención adoptaron una hoja de ruta para la promoción y la protección de las diversidades culturales en el entorno digital, para atender la cuestión de las competencias digitales, los derechos de los artistas en el entorno digital y hacer frente a cuestiones como el ciberacoso; haciéndose así eco de una necesidad presente y futura.
Una mirada al aniversario de la Convención de 2005 es una mirada a una parte enorme de la labor de la UNESCO en los últimos 20 años. La diversidad cultural es una parte esencial del trabajo en defensa de los derechos culturales y de los derechos humanos, comprenderlo es un paso importante y tomar medidas para la acción también.
En este sentido, la Conferencia Mundial sobre políticas culturales y desarrollo sostenible – Mondiacult 2025, que sesionará en Barcelona y acogerá a los 194 Estados Miembros de la UNESCO supondrá también un hito en el impulso de la diversidad de expresiones culturales y de la Convención 2005. Los objetivos de MONDIACULT, la Conferencia Mundial de la UNESCO sobre Políticas Culturales y Desarrollo Sostenible, son:
- Defender la Cultura como Bien Público Global: Reconocer y promover la cultura como un bien esencial para el desarrollo sostenible y el bienestar de las sociedades.
- Crear un Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS) específico para la Cultura: Integrar la cultura como un objetivo independiente en la agenda global post-2030, similar a otros ODS establecidos por las Naciones Unidas.
Unai Ortiz Urbizu. Alumno del grado en Filosofía, Política y Economía de la Universidad de Deusto. www.linkedin.com/in/unai-ortiz-858814217
Imagen portada: UNESCO (2017). Re|pensar las políticas culturales: creatividad para el desarrollo