Derechos culturales y migración

A inicios de 2023 la Relatora Especial de las Naciones Unidas en la esfera de los derechos culturales publicó un informe relativo a los derechos culturales y la migración. Antes de analizar el informe y sus puntos más relevantes, conviene contextualizar su figura.

Este mandato fue creado con el fin de identificar las mejores prácticas en la promoción y protección de los derechos culturales a nivel local, nacional, regional e internacional, detectar los obstáculos a dicha promoción y protección, presentar recomendaciones de medidas para superarlos, y trabajar con los Estados para fomentar la adopción de medidas y propuestas para intensificar la cooperación. Actualmente, este puesto lo ocupa Alexandra Xanthaki desde octubre de 2021, es de nacionalidad griega y vive en el Reino Unido, donde trabaja como profesora de Derecho.

En este informe sobre derechos culturales y migración , la Relatora subraya los derechos de las personas migrantes a tener acceso y participar en todos los aspectos de la vida cultural de la sociedad en que viven, así como a mantener y promover sus propios marcos culturales.

Actualmente, las personas que viven fuera de su país de origen ascienden a unos 280 millones (alrededor del 3,6% de la población mundial). Sin embargo, hasta la fecha, los derechos culturales de las personas migradas no han recibido toda la atención que deberían y es un aspecto fundamental que aún se debe trabajar. La migración supone que los objetos culturales de importancia a menudo se han de dejar atrás, al igual que la conexión con el entorno cultural familiar, lo que conlleva una pérdida de seguridad y orientación y puede incluso conducir a una crisis de identidad. Tal y como indica la Convención Internacional sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación Racial: ‘‘En la esfera cultural, no debe existir discriminación alguna, ni de hecho ni de derecho, basada en motivos de raza, color, linaje u origen nacional o étnico.’’ (Art. 1).

Dentro de la esfera cultural, el arte constituye uno de los vehículos más importantes para que cada persona desarrolle y exprese su humanidad y sus visiones del mundo. Debido a ello, el acceso y la participación de las personas migradas en las diversas disciplinas artísticas es imprescindible: pintura, dibujo, danza, teatro, fotografía, arquitectura, etc. Los problemas que adolecen a la hora de participar en estos ámbitos son, en primer lugar, que no suelen disponer de redes culturales, conocimientos o medios para promocionar su obra de forma adecuada en su nuevo contexto. En segundo lugar, siempre se espera que su trabajo gire en torno al sufrimiento que les ha causado la migración o las razones que las llevaron a hacerlo, lo que limita su libertad artística y obstaculiza su labor como verdaderos colaboradores.

La convivencia no es solo responsabilidad de las personas migradas sino, sobre todo, de los Estados, que son los principales responsables de fomentar interacciones interculturales para garantizar que éstos disfruten de sus derechos culturales. Por ejemplo, museos, galerías y librerías son instituciones culturales importantes. Sin embargo, las piezas relacionadas con sus culturas suelen estar infrarrepresentadas. Ejemplos positivos que se recogen en el informe son el de la Biblioteca Pública Central de Vería (Grecia) que organiza programas de encuentro a través de la cocina entre familias griegas y sirias, o las bibliotecas rumanas que ofrecen eventos especiales orientados a la interacción entre infancia y adultos ucranianos y rumanos.

La Relatora invitó a los Estados, gobiernos, organizaciones de la sociedad civil y cualquier parte interesada a compartir información relevante con relación a este ámbito. UN Etxea aportó su propia contribución en colaboración con otras entidades y personas  bajo el principio de ‘‘no dejar a nadie atrás’’ en el cumplimiento de sus derechos culturales de acceso, participación, producción, creación, desarrollo de talento y goce de la vida cultural.

Esta contribución firmada por Begoña Guzmán, Begoña Intxaustegi, Betto Snay, Ekain Larrinaga, Ixone Sádaba, Ignacio Rodríguez Tucho y Nilda Diarte, subraya la importancia de construir espacios seguros para la convivencia entre personas migrantes, refugiadas y población local en torno a la actividad física, el deporte y la cultura.

Estos son solamente algunos ejemplos de iniciativas culturales en el País Vasco, en los que se crean espacios comunes donde la interacción entre personas diversas se produce de forma orgánica:

  • El Festival Gentes del Mundo es un proyecto de sensibilización social, destinado a promover el conocimiento cultural y la interacción entre la sociedad vasca y los colectivos de inmigrantes afincados en Bilbao. El festival incluye más de medio centenar de iniciativas relacionadas con la poesía, la música en directo, el cine, el teatro, la danza, la artesanía y la gastronomía. Es una iniciativa social que parte de las asociaciones de personas migrantes y cuenta con el apoyo del Ayuntamiento de Bilbao, la Diputación Foral de Bizkaia y el Gobierno Vasco.
  • Comunidad de Aprendizaje Cuaderno de Bitácora Intercultural impulsada por UN Etxea y BBK Kuna y dinamizada por Cruz Noguera en la que personas diversas comparten espacio y experiencias vitales para la co-creación artística a través de las artes escénicas.
  • Diversitours-Aniztasuna Tours son rutas interculturales guiadas por vecinas/os de los barrios previamente formados/as y son quienes conectan a las personas visitantes con la historia de la comunidad y sus lugares de referencia. Está orientado a fomentar nuevas actitudes en torno a la migración y la diversidad cultural al acercar a las personas participantes a lugares y experiencias que no aparecen en los circuitos turísticos tradicionales.

La Relatora advierte de que las personas migradas se enfrentan a menudo al menoscabo de sus valores culturales, a la percepción de que sus culturas de origen son de naturaleza inferior y en última instancia, a su deshumanización. En lugar de percibir la migración de esta manera, esta mezcla de comunidades y contextos se debería empezar a visualizar como un ejercicio enriquecedor y dinámico que promueve el desarrollo cultural. La migración permite a las personas, tanto a las migrantes como a la población de acogida, conocer y dejarse influir positivamente por otras ideas y valores.

Tal y como subraya la Relatora en su informe:

“Las representaciones negativas de los migrantes son el motor principal de los intentos actuales por introducir políticas neoasimilacionistas. Las actividades delictivas de cualquier migrante se presentan como parte inherente de su cultura o como el resultado de valores culturales; se escogen las prácticas culturales problemáticas existentes; se confunde el discurso de odio inaceptable con la libertad de expresión; y, en última instancia, se deshumaniza a los migrantes, lo que conduce a que se toleren la discriminación y los prejuicios contra ellos y se supriman sus derechos culturales. (…)”

Para finalizar recogemos las palabras de la Relatora a modo de conclusión/recomendación:

“(…) la migración también tiene efectos positivos para los derechos culturales de todos los implicados, ya que el cambio de circunstancias exige replantearse y renegociar los significados y normas culturales. Puesto que las culturas son dinámicas, esas revisiones proceden de los propios individuos y grupos. El proceso de abrirse a otros marcos culturales amplía horizontes, crea ideas y teorías innovadoras mediante la fusión de referencias culturales y hace evolucionar las culturas, a las personas y los grupos para adaptarse mejor a las realidades actuales”.

“Los Estados deben aprobar políticas encaminadas a crear una sociedad en la que se respeten la diversidad y los derechos de todas y todos y que garanticen las condiciones para que todos los miembros de la sociedad contribuyan a una identidad cívica inclusiva y asuman la parte de responsabilidad que les corresponde, ya que esas políticas aprovechan a la sociedad en su conjunto”.

—————————-

* Autoras del texto: Paula Andreea Berinde, alumna de 4º curso del Grado de Derecho de la UPV/EHU, en prácticas en el área de cultura de UN Etxea, y Begoña Guzmán, tutora de prácticas y responsable de cultura en UN Etxea.

 * Imagen: El actor y dramaturgo Cruz Noguera representa «Por nuestro derecho a Soñar» ©UN Etxea / Dr. Minsky, 2023.