El pasado 28 de octubre organizamos en BBK Klima Abentura (Busturia) el encuentro “Educación climática para el futuro que queremos”, que reunió una cincuentena de diversos agentes vascos que trabajan en educación para la sostenibilidad. Promovido por UNESCO Etxea, en colaboración con el Departamento de Desarrollo Económico, Sostenibilidad y Medio Ambiente del Gobierno Vasco y BBK Klima, en el marco de Asteklima 2022, el objetivo principal del Encuentro fue fomentar la colaboración, el diálogo y el intercambio de experiencias multi-actor, multidisciplinares y multinivel, a fin de avanzar en educación climática a través del conocimiento y la educación transformadora.

Durante la jornada se intercambiaron conocimientos, experiencias y reflexiones en innovación de 15 experiencias en educación climática, desde distintos enfoques y disciplinas, como el arte, la educación, la cultura, la solidaridad o el medio ambiente. Contamos entre otros con experiencias de los Ingurugelas, la Red de Ekoetxeas, Urdaibai Bird Center, Artekom, la Fundación Cristina Enea, Kutxa Ekogunea, la Ped de Sostenibilidad Ambiental en la lucha contra la Pobreza. También se visitaron las recientemente inauguradas instalaciones de BBK Klima Abentura para conocer su proyecto didáctico.

Algunas de las reflexiones destacadas que surgieron en la jornada fueron:

• La educación es un elemento esencial en la promoción de la acción en favor del clima, es la herramienta que facilita que las personas comprendan y hagan frente a las repercusiones de la crisis climática, proporcionándoles los conocimientos, los valores y las aptitudes que necesitan para actuar como agentes del cambio (UNESCO).

• La comunidad internacional reconoce la importancia de la educación y la formación en la lucha contra el cambio climático. La Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, el Acuerdo de París y el programa de Acción para el Empoderamiento Climático (ACE) hacen un llamamiento a la educación, el empoderamiento e implicación de todos los agentes públicos y privados en cuanto a las políticas y acciones relacionadas con el cambio climático.

• El cambio climático no se puede trabajar tratándolo como una mera asignatura que ha sido añadida un determinado plan de aprendizaje, sino que es una cuestión transversal que se debe trabajar en y desde diferentes disciplinas.

• Es clave el papel que juegan los docentes y el sistema educativo. Aún queda a nivel global margen de mejora, pero es posible, basándonos en la ciencia y usando pedagogías activas.

• También es importante trabajar en proyectos reales con metodologías adecuadas, para aprender haciendo.

• Pero además, la educación sobre el cambio climático no se limita a los jóvenes o a las escuelas. Deberíamos hacer todo lo necesario para garantizar que todo el mundo esté capacitado para actuar teniendo en cuenta la crisis climática ahora y en el futuro.

• El reto está en llegar a la “cocina de las casas” y para ello la importancia de comunicar, no cansarnos de comunicar.

• El cambio climático nos puede llevar a la ecoansiedad, pero no nos pueda paralizar. No podemos lanzar mensajes que nos paralicen si no que nos impulsen a la acción. Para combatir la ecoansiedad, hay que repensar totalmente la pedagogía asociada a la educación climática.

• Y por último, algo que se escuchó mucho a lo largo de la jornada es la necesidad de generar puentes, alianzas, cooperar, trabajo en red… para pasar a la acción.